TRISTÁN
Tristán he de llamarme desde ahora
que conozco el destierro y me han herido,
que descanso en el bosque y me he perdido,
extraña fauna, desolada flora.
Oigo un rumor: mi corazón que llora.
Este es un soliloquio enloquecido,
flechas entre el recuerdo y el olvido.
Pasos: mi soledad. Ayes: mi aurora.
No hubo batallas, ocultos me cazaron,
en mi inocente sueño, desleales
dispuestos a cumplirse en su venganza.
Tristán me llamarán los que me amaron
comprendiendo el más triste de mis males:
Isolda traicionando mi esperanza.
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