viernes, 13 de diciembre de 2013

H.M.R.

A  ti   que  no  te vieron
los  ojos del amor,
ni las lágrimas dejaron
de llorarte tanto
como tu corazón.

A ti que no supieron
decirte dónde habita
ese dolor o espanto
para sacarlo de tu vida.

A ti que la muerte te dio
lo que la sangre no quiso:
ventura, paz y descanso.

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