No quise ser militar ni sacerdote ni abogado ni médico ni ingeniero ni economista ni arquitecto. Como buen español, sólo quise ser pintor, futbolista o torero.
Suponiendo que alguien lea estas líneas y se pregunte qué soy, le contestaré que, como buen español, vivo del gobierno que -dicho sea de paso- vivió más de media vida de mí. En cuanto a lo de pintor, lo dejé por la música; lo de futbolista, por las lesiones y la altura, y lo de torero, por miedo.
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