martes, 18 de junio de 2013

A  la sombra de las  muchachas en  flor, puse
mi  corazón  deslumbrado y ardiente;
a  la sombra de la  luz crepuscular ahora
mi pensamiento escribe con  tu voz,
reina de corazones,  la canción
de  los deseos  y de las  despedidas.
Adiós, juventud  perdida, adiós.
Ya  lo que diviso y queda
es el  perfume de  una  flor
que  ha  tiempo vive  muerta.

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