He dejado la maleta de los sueños sola,
tirada en medio de la calle, llena
de olvido y de recuerdos,
abrigo para perros y palomas,
aposento para ratones e insectos,
y la he mirado sumida
en un silencio de piedra,
que no acierto a descifrar,
aunque me duela
y me duela.
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