domingo, 25 de diciembre de 2011

Se me figura que en el último verso de este poema
crecen flores aún desconocidas;
se me figura que Dios llama a mi puerta
y no lo reconozco;
se me figura que todos los amores fueron
mentira verdadera,
y todos los días una espera
para ese último momento
sin sonido ni despedidas.
Se me figura que todo fue una canción
que de repente me recuerda
solo.
Se me figura que soy de la luz sombra;
pero no soy más que el alarido callado
del dolor
que sin querer me nombra.

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