jueves, 2 de diciembre de 2010

De este día de Diciembre salgo inaccesible a todos, empeñada en librarme del mundo y ser lindo animal de lo celeste, alma del prójimo. No he muerto , aunque esté muerta, pues sin mentiras ni lugares vivo. De este día de Diciembre salgo hacia otro tiempo y otro espacio, transformada, sobre la vida viva, sin ser nada en la materia. Soy yo misma y no soy yo, porque la muerte es desdicha y es destrucción de células y órganos y es tragedia, puesto que no sabemos de ella más que lo casi nada que ella nos enseña.
Desde este día de Diciembre vuelas, inverosímil, a través de la eternidad, sin formas delimitadas ni fondo rítmico ni corazón ni ojos, pero maravillosamente viva, a salvo del destino, de la verdad ficticia y de los llamados seres humanos. Desde este día de Diciembre te veo sobre la muerte, cercana y luminosa, aunque me esté muriendo, divinamente viva, "sueño real y exacto" ante el abismo del tiempo, conversando con cualquiera de esas criaturas sin forma, estupefacta quizás porque yo te oigo todavía, resonando en mis sueños, reflejada en la pupila ajena, mientras sobre la almohada el olvido, adormecido, te ensombrece.

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