miércoles, 25 de marzo de 2009

I T A P A R I C A

El sol quema cual estrella fundida por Vulcano,
la mar parece un río de corales y delirios,
hay piedras de todas las formas y colores
y boboletas, farfallas, mariposas que ríen
y vuelan, ondulantes, jugando con las olas.
Mujeres de luz negra, de cuerpos imposibles,
caballos e hipocampos, pescadores y palmeras.
Las construcciones de Bahia recortan el horizonte
contra un cielo de nubes caprichosas, herida
la naturaleza por arquitectos "modernos"
que, como ya es sabido, son nefastos para el hombre.
En la playa, desierta, las hormigas arrastran, moribunda,
a una mariposa ultramarina y deslumbrante,
ante los ojos desterrados del poeta que camina
siempre solo, ensoñando sonidos y distancias.

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