martes, 25 de marzo de 2008

una rosa es una rosa

La misteriosa desaparición de Antoine de Saint Exupéry, el escritor correo entre Francia y Senegal, mensajero de los astros, vagabundo del lenguaje y del desierto, parece que se debió al ataque y posterior derribo del avión en que volaba el autor del Principito de regreso a casa, por el piloto alemán Horst Rippert, héroe de la Luftwaffe, en la costa de Toulon. Después de mucho tiempo sabemos, por fin, que no fue una muerte romántica ni literaria o de leyenda, sino real: cazabombardero frente a escritor indefenso. Y nos deja anonadados pensar y más que pensar, sentir aquellas balas certeras en la imaginación maravillosa de todos los hombres azules.

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