miércoles, 26 de marzo de 2008

au revoir mes amours

Primavera en Madrid, y París nos queda lejos. Por los tejados y azoteas de esta ciudad laberíntica, los gatos maullan la tristeza, andan perdidos los hombres. Billie Holiday, reina de corazones solitarios y de amores desgraciados, canta un blues azul como la nieve, caliente como la nostalgia del sexo. Despedida en Madrid, asomándose Abril a las ventanas, y refugiados todos los poetas en la música obsesiva del silencio pintado con la luz de la sangre. Primavera en Madrid, y París nos queda lejos, como una canción de jazz alrededor de la media noche, dulcemente amarga. Los adioses, cual pájaros a la intemperie, vuelan derrotados y se dislocan contra el huracán de la memoria, dejándonos ajados los sueños, los ojos, el alma. Y París nos queda lejos.

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