lunes, 18 de febrero de 2008

¿Y qué va a ser de las piedras a las que tanto
amabas, qué va ser de los libros mudos,
qué de las fotografías con la luz del mundo?
¿Y qué va a ser de ti, Soledad, dime?
¿Qué será de los recuerdos?
De aquel dibujo de un amigo ausente,
de aquellas plumas de pájaros antiguos,
de las miradas que nunca serán vistas,
y de los hipocampos y de aquel perro
azul y amarillo, que ladraba al miedo
cuando ni la música era nuestro aliado.
¿Qué va ser de la ternura miserable
y de las cartas que el amor no lee?
¿Qué será de los recuerdos?
¿Y qué va a ser de ti, Soledad, dime?

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