lunes, 18 de febrero de 2008

A las 13,57 del día 18 de febrero, como siempre solo, como siempre niño, vagabundo como siempre, les digo a los poderes y a los que les guardan las espaldas a los poderosos que por mí pueden irse todos al infierno, donde quizás ya viven, horrorizándonos, que sus guerras son estériles y sucias, como sus leyes, sus propiedades, sus gobiernos, y que Alejandro y Napoleón están muertos, y los poetas no podrán curar en esta Babilonia triste y ruidosa, a ningún mago capaz de salvar la imaginación de los niños solitarios.

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