viernes, 21 de diciembre de 2007

promesa

Prometo que un día no muy lejano voy a hablar de dos de los grandes "problemas" que tiene España, ese territorio al que casi todos llamamos así y del que muchos reniegan. Esos dos "problemas" son la justicia y la vivienda. Problemas ambos tan evitables, si se quisieran evitar, como inevitables parecen, porque a río revuelto, ganancia de pescadores, que dice el refrán popular. Aunque, bien pensado, aquí los que ganan ni son pescadores ni se mojan el culo, y hasta ¡curiosidades del destino! pertenecen con inusitada frecuencia, a la misma cuadra o cuadrilla. Me vienen a la cabeza dos datos curiosos a propósito de lo antes esbozado. El primero se relaciona con la vivienda como forma obstentatoria e injusta del poder económico: He leído en la prensa que la vivienda de la señora Boyer o señora Preysler, tanto da, esposa del padre de la L.A.U. actual, tiene una superficie de 2000 metros cuadrados. Y el segundo y más importante: Les aseguro con toda certeza que un funcionario de la Administración de Justicia, perteneciente a la escala inferior, recién aprobada la oposición (una de las peores cosas que le pueden suceder a un ser humano) no gana, en muchísimos casos, ni siquiera lo que ha de pagar por una modesta vivienda de alquiler. Ya hablaremos un día de lo que ganan los altos funcionarios de la Administración y de sus deberes y obligaciones.

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