miércoles, 14 de noviembre de 2007

once y 25

En esta mañana de este mes mágico
adivino la sombra pequeña que proyecta
tu figura indefensa, lejanísima
en esta mañana afilada
de deseo entre el rumor
de las ciudades extranjeras
y el murmullo quizás
de la propia sangre
en esta mañana
de iluminaciones
con aroma
a mirto
y ecos
de
pacíficos
mares.

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