martes, 21 de agosto de 2007

era sé

Sabes, Soledad, que se borran
las huellas del amor, ave de paso,
y quedan del vuelo ilusionado
sólo plumas cansadas
y sin brillo, adagios
de músicos anónimos,
migajas del fracaso
camino del olvido.
Sabes, empero, Soledad, que no me importa
tanto frío solitario, helado,
tanta mirada muerta,
aunque no quiera explicarlo.

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